¿Por qué Jesús no debería hablar con la mujer samaritana?

P. Paweł Rytel-Andrianik / 11.03.2023

Una jarra de la época de Jesús, Tierra Santa, foto de Sor Amata J. Nowaszewska CSFN

III Domingo de Cuaresma, Ciclo A

12 de marzo de 2023

Evangelio: Juan 4:5-42 >>>

1. Introducción

Jesús cruza fronteras para encontrarse con otro ser humano. Incluso en situaciones no obvias, tiene el coraje de ir más allá. Lo hace por amor a otro ser humano. Un ejemplo de esto es la mujer samaritana.

2. Palabras clave

Jesús, que venía cansado del camino, se sentó sin más en el brocal del pozo. Era cerca del mediodía. Entonces llegó una mujer de Samaria a sacar agua y Jesús le dijo: “Dame de beber”. La samaritana le contestó: “¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?”

¿Por qué Jesús no debería hablar con la mujer samaritana? Primero, en la tradición judía, un hombre no debe encontrarse solo con una mujer que no sea su esposa, especialmente en un lugar apartado. En segundo lugar, las relaciones entre judíos y samaritanos, como comenta el Evangelio, eran muy hostiles. En tercer lugar, la mujer samaritana evitaba a otras personas, por lo que llegó al pozo a las seis en punto, es decir, al mediodía. En el momento más caluroso del día, nadie vino al pozo. La mujer samaritana se avergonzaba de su desordenada situación de vida.

Jesús quería encontrarla. Llegó a la fuente al mediodía para encontrarse con una persona que estaba marginada por el entorno y se aisló. Cada persona es importante para Jesús

La mujer dejó su cántaro, se fue al pueblo y comenzó a decir a la gente: “Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será éste el Mesías?” Salieron del pueblo y se pusieron en camino hacia donde Él estaba.

El encuentro con Jesús cambió todo en la vida de la mujer samaritana. Jesús la cambió. La mujer ya no se avergonzó, sino que dio testimonio de Jesús. Jesús tocó las cosas difíciles de su vida, no para deprimirla. Tocar nuestras heridas por Jesús significa salvación y sanación. La mujer samaritana dejó su cántaro y corrió a contarles a otros acerca de Él con alegría.

3. Hoy

Jesús va más allá de su entorno para buscar al hombre. No se ve obstaculizado por los prejuicios sociales y los juicios humanos, ni por la vida desordenada de una mujer samaritana. ¿Y cómo hablo con gente fuera de mi entorno? ¿Tengo el coraje de llevar la buena noticia del Evangelio incluso a las personas que me son hostiles?

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