Lázaro de Betania – amigo de Jesús y obispo

P. Paweł Rytel-Andrianik / 25.03.2023

Grób Łazarza, Betania, fot. s. Amata J. Nowaszewska CSFN

V Domingo de Cuaresma, Ciclo A

26 de marzo de 2023

Evangelio: Juan 11:1-45 >>>

1 Introducción

Lázaro recibió de Jesús una segunda vida. Se convirtió en prefiguración de la resurrección de todo creyente. La vida de Lázaro es también para nosotros un ejemplo de amistad fiel.

2 Palabras clave

las dos hermanas le mandaron decir a Jesús: “Señor, el amigo a quien tanto quieres está enfermo”. Al oír esto, Jesús dijo: “Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”.

El relato evangélico del suceso destaca repetidamente la profunda amistad de Jesús con Lázaro. Al enterarse de la muerte de Lázaro, Jesús se sintió profundamente conmovido, y cuando llegó a su tumba en Betania, lloró. En casa de Lázaro y sus hermanas, Jesús se sintió a gusto. No sólo fue acogido calurosamente allí, sino que -lo que es más importante- los hermanos aceptaron sus enseñanzas. Por eso, Betania pudo convertirse en el lugar donde se manifestaron la gloria de Dios y el poder del Hijo de Dios.

Cuando se enteró de que Lázaro estaba enfermo, se detuvo dos días más en el lugar en que se hallaba. Después dijo a sus discípulos: “Vayamos otra vez a Judea. Cuando llegó Jesús, Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro.

Jesús retrasó la visita a Lázaro cuando su amigo estaba enfermo terminal. Lo hizo para que la gente creyera. En tiempos de Jesús, se creía que el alma de un muerto estaba cerca durante tres días. Lázaro estuvo en la tumba durante cuatro días. Al resucitar a Lázaro, Jesús demostró un extraordinario poder divino. Después de la resurrección de Lázaro, mucha gente creyó en Jesús como Salvador.

[Jesús] gritó con voz potente: “¡Lázaro, sal de allí!” Y salió el muerto, atados con vendas las manos y los pies, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: “Desátenlo, para que pueda andar”. Muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

La vuelta a la vida de Lázaro no fue una resurrección eterna, sino una prefiguración de la resurrección. Jesús dice que todo creyente resucitará de entre los muertos: “Yo soy la resurrección y la vida. Todo el que crea en mí, aunque muera, vivirá. Todo el que vive y cree en mí no morirá para siempre”.

Lázaro fue fiel a su amistad con Jesús durante toda su vida. Era un signo del poder de Jesús, el Hijo de Dios también después de su vuelta a la vida. Los adversarios de Jesús buscaban la muerte de Lázaro porque era un testigo incómodo. Por ello, Lázaro tuvo que huir de Jerusalén, se estableció en Chipre y fue uno de los primeros obispos de la Iglesia. Su segunda tumba se encuentra en Larnaca.

3 Hoy

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