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¿Por qué le gusta a Dios la prisa?

P. Paweł Rytel-Andrianik / 29.10.2022
Jericho sycamore tree remains, Photo Credit Sr. Amata CSFN
Jericho sycamore tree remains, Photo Credit Sr. Amata CSFN

XXXI Domingo ordinario C

Domingo, 30 de octubre de 2022

Evangelio de San Lucas 19: 1-10

ES: https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/103022.cfm


1. El jefe de los recaudadores de impuestos en el árbol

Nos sorprende la imagen de un ciudadano adinerado que se sube a un sicómoro buscando ver al Maestro errante. Nos hace preguntarnos qué había en el corazón de Zaqueo, qué deseos le hacían no tener miedo al ridículo ante los ojos de la gente de Jericó. 

 

2. Palabras clave

Jesús levantó los ojos y le dijo: “Zaqueo…

El nombre Zaqueo significa “inocente, puro”. Sus vecinos tenían una opinión diferente de Zaqueo. Los recaudadores de impuestos cobraban los impuestos y cualquier beneficio que se debiera a las autoridades. Tenían fama no sólo de colaboradores con el ocupante romano, sino también de defraudadores financieros. Las enseñanzas rabínicas afirmaban que los recaudadores de impuestos no podían ser fariseos precisamente por su dudosa moral. 

Jesús vio en Zaqueo, sentado en un sicómoro, algo que no vieron sus vecinos y conocidos. Para Jesús, Zaqueo es un “hijo de Abraham” que puede recibir la bendición y la misericordia de Dios. Zaqueo puede estar cerca de Dios.

bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa.”

Parece un poco extraño que Jesús se invite a sí mismo a la casa de Zaqueo. En la época de Jesús, era un honor recibir a un rabino famoso en la propia casa, y mucha gente lo buscaba. Jesús dice: “Debo quedarme en tu casa”. En el original griego, la palabra debo es “dei”, que es la forma impersonal, aún más firme y decisiva: es necesario, debe hacerse. Esta palabra se utiliza en el Evangelio para describir el impulso de Dios, una necesidad que viene del Espíritu Santo. Cuando Dios se encuentra con el hombre, no hay tiempo que perder. Zaqueo se entera de que debe bajar rápidamente del árbol porque hoy mismo Jesús quiere estar con él en su casa. Los asuntos de máxima importancia no pueden esperar a mañana.

Él bajó enseguida y lo recibió muy contento […] Zaqueo dijo a Jesús: “Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más”.

Zaqueo responde a Jesús con una prisa similar. Acoge a Jesús en su casa con gran alegría. Está dispuesto a entregar la mitad de sus bienes, mucho más de lo que prescribe la Ley.  El precio de redención exigido por el Señor en Éxodo y Números era medio siclo. Asimismo, según las Escrituras, una persona debía devolver el doble de lo que defraudaba a cualquier persona. Zaqueo declara una devolución del cuádruple. Responde a Jesús con alegría y generosidad.

Jesús le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa”.

La palabra “hoy” nos habla de la urgencia de Dios, y del deseo de Jesús de encontrarse con una persona. El “hoy” de Dios en el Nuevo Testamento significa el día de la salvación. El día de la salvación es el eterno hoy, que se aplica tanto a Zaqueo como a cada uno de nosotros.

 

3. Hoy

Jesús también me cuenta esta parábola a mí. ¿Qué estoy haciendo para verlo a Él? ¿Invitaría a Jesús a mi casa? ¿Qué me impide recibir al Señor?  ¿Creo que Jesús quiere darme su bendición, su misericordia y su salvación, especialmente en el sacramento de la Penitencia y de la Comunión? 

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