La cruz papal y su destino extraordinario
TV Trwam/Radio Maryja(YouTube; screen)
El 2 de abril de este año pasan 16 años sin Juan Pablo II. Este año el Viernes Santo cae precisamente el 2 de abril. El 25 de marzo de 2005, poco antes de la muerte del Papa, fue un día excepcional: el Viernes Santo. Recordamos lo gravemente enfermo que estaba Juan Pablo II cuando estaba sentado en su capilla y se comunicaba a través de la transmisión con los participantes del Vía Crucis en el Coliseo. Él mismo ya no podía presidirlo personalmente. Las imágenes mostrando al Papa abrazando la cruz han circulado por todo el mundo. Pocos saben de la extraordinaria historia de esta cruz única, que fue creada en Polonia, en Stefkowa, en las montañas Bieszczady.
En un momento, un canal de televisión polaca, TV Trwam, emitió un reportaje titulado “¡Cruz santa, por encima de cualquier árbol!”[1]. Presenta la historia de Janina Trafalska, quien a los 29 años vivió una gran tragedia: se cayó por la ventana y se lesionó la columna vertebral. Ella se volvió discapacitada. Se sometió a muchos meses de tratamiento. Durante el mismo, el esposo de Janina, Stanisław, estaba recorriendo su camino de la cruz en las montañas Bieszczady, que dijo a su esposa solo años después, se unía a ella en el dolor. Después de completar el tratamiento, la mujer polaca se rebeló; tenía rencor a Dios, quería aislarse de la gente. Las palabras de aliento no ayudaban; Janina no podía entender por qué le sucedió esto y por qué sus sueños se arruinaron.
En 1996, Stanisław Trafalski talló dos cruces: una se la dio al sacerdote de Rzeszów, quien había hecho un pedido antes, y la otra a su esposa.
Una vez, un alcalde de un pueblo vecino iba con una delegación al Vaticano. Le pidió a Stanisław que hiciera algo para Juan Pablo II. La Sra. Trafalska decidió darle al Papa su propia cruz. De esta manera, la cruz llegó a Roma. Juan Pablo II se la dio a su secretario, el p. Mieczysław Mokrzycki, actualmente el arzobispo que sirve en Ucrania.
Cuando el 25 de marzo de 2005, el Papa pidió una cruz mientras decía la decimocuarta estación, el secretario le dio la cruz que había traído de la habitación.
La familia Trafalski reconoció esta cruz. Fue una gran experiencia y una distinción para ellos. La Sra. Trafalska incluso se sintió indigna de ello, recordando su rebelión contra el sufrimiento.
En la página web m.niedziela.pl leemos sobre el destino de la cruz de Stefkowa. En 2007, p. Mieczysław Mokrzycki fue nominado obispo. Dejó el Vaticano y se llevó la cruz papal con él. Se lo dio a sus padres, quienes a su vez pasaron esta reliquia al párroco de Kraczkowa, el p. Mieczysław Bizior, quien la colocó en la iglesia. Luego se inauguró la peregrinación de la cruz a otras parroquias de la tierra de Przemyśl.
Así, la cruz papal unió los sufrimientos de Juan Pablo II y Janina Trafalska con los sufrimientos de Jesucristo.
¿Podría Sra. Trafalska haber imaginado un destino más extraordinario de esta cruz?
[1] Es una traducción del fragmento del himno de Venanzio Fortunato del siglo VI Pange, lingua (“Pange, lingua, gloriosi Lauream [proelium] certaminis”). En la tradición polaca se usa el texto y la música provenientes del siglo XVI.
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