#TomorrowIsSunday (ES) | Para Dios cada uno de nosotros es precioso

Spring sheepherding in the desert of the Jordan Valley, PhotoCredit_Sr. Amata CSFN

XXIV Domingo del Tiempo Ordinario, Año C

Domingo, 11 de septiembre de 2022

Evangelio de San Lucas 15: 1-32

ES: https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/091122.cfm

1. Unas palabras de presentación

Jesús utilizaba las parábolas para expresar algo muy profundo. Tomó ejemplos de la vida para que la gente pudiera entender mejor el significado de las parábolas. Sus parábolas son siempre actuales y muy relevantes hoy en día.

2. Palabras clave

«¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla?»

Cada persona es importante para Dios, especialmente los que se han perdido, los que están lejos. Dios deja a 99 personas que no necesitan ayuda y busca a un solo pecador. No se trata de una historia de hace muchos siglos. También ocurre hoy y en los lugares donde vivimos.

«Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: “Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido”. »

Cuando Dios encuentra a un hombre no lo castiga, no reprende sus errores, sino que “le carga con alegría sobre sus hombros”. De este modo, vuelven a casa. Esta bella imagen del Buen Pastor es tan conmovedora y hermosa que ya se pintaba en lugares de oración en los primeros siglos del cristianismo y sigue siendo popular hoy en día. Tal vez sea porque cada uno de nosotros, en algún momento de su vida, se encuentra su vida en esta imagen.

«Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente(…)»

Este es el personalismo del Señor que pasa a los ángeles y es un ejemplo para cada uno de nosotros. También debemos buscar a una sola persona que se haya perdido, “cárgala sobre nuestros hombros, llenos de alegría” y alegrarnos de su conversión a Dios.

3. Hoy

¿Cuándo me encontró el Señor y “me cargó sobre sus hombros, lleno de alegría” y me llevó a casa? ¿Me importa una persona o me da igual? ¿Qué haré hoy para salir a buscar a alguien que está lejos de Dios?